Populismo não é Socialismo - (foto: Torekimi)

POPULISMO NA EUROPA E ESTADOS UNIDOS

por William Elvis Plata Quezada

Indice
1. Origen y características de las doctrinas populistas en Europa y Estados Unidos de América
2. El populismo en América latina durante la primera mitad del siglo XX.
3. El populismo en el tercer mundo: Asia y África
4. Aspectos rescatables del populismo histórico para la creación de una vía política alternativa 5. Bibliografía

1. Origen y características de las doctrinas populistas en Europa y Estados Unidos de América

En el presente ensayo queremos realizar un recuento del desarrollo y características de los principales movimientos populistas registrados en Europa y América, con la intención de hacer una interpretaciónsobre su significado histórico, y a su vez resaltar aquellos elementos, que, creemos, pueden tener una nueva oportunidad en este mundo unipolar y que necesita con urgencia una alternativa político –económico – social diferente al neoliberalismo, que, orgullosamente agita las banderas de la victoria. El populismo, más que un período histórico de la humanidad, es un movimientosocial que puede renacer, en la medida en que muchos de los factores que le dieron vida aún persisten o han regresado.

Las doctrinas populistas tuvieron orígenes "simultáneos" Rusiay Estados Unidos de América durante la segunda mitad del siglo XIX, desarrollados en dos contextos históricos bastante diferentes, pero con una característica común: el ser una protesta formulada contra el capitalismo desde el punto de vista de los pequeños productores campesinos, quienes, arruinados por el desarrollo capitalista, veían en él una amenaza para su forma de vida.Históricamente, Estados Unidos y Rusia eran países muy diferentes.

El primero era una Monarquía, un imperio expansionista, cruce de caminos entre Europa y Asia, y un país heredero de una fuerte tradición comunal en sus bases campesinas que resistían los acelerados pasos que los gobernantes daban hacia el capitalismo y la industrialización. Junto a ellos, varios intelectuales "eslavófilos" de la aristocracia y las clases altas intentaron crear teorías y movimientos –de arriba hacia abajo- que incitaran a los campesinos a rebelarse contra el proceso y el sistema.

El segundo, era un país colonizador, gestor de capitalismo desde sus bases agrarias, aunque, a partir de la GuerraCivil el desarrollo del capitalmonopolista emprendió un curso avasallador que estaba perjudicando a los propios pequeños y medianos propietarios. Las masas de agricultores y sus familias tuvieron dos opciones: enfrentar políticamente el sistema que los acosaba, o aceptar su suerte y emigrar a las ciudades para convertirse en trabajadores industriales y empleados de los grandes monopolios. Decidieron dar la lucha, creando un movimiento político independiente que representara sus exigencias. El populismo, en Estados Unidos, fue, entonces, un movimiento de "abajo hacia arriba". Veamos a continuación cómo se dieron los dos procesos

El populismo ruso

Las condiciones económicas, sociales y políticasinternas, unidas a una serie de transformaciones políticas y sociales dadas en Europa durante mediados del siglo XIX (las revoluciones del 30 y del 48) y la influencia de la filosofía idealista alemana formó un pensamiento radical en una generación de jóvenes intelectuales rusos congregados en círculos literarios, políticos y filosóficos (la "Joven Rusia"). Muchos de ellos se quedaron en la retórica, otros quisieron ir más allá, al compromiso político, afrontando la persecución, el destierro y la muerte.

El populismo en Rusia constituyó una estructura ideológica dentro de la cual cabían muchas posiciones, a veces complementarias y a veces antípodas unas de otras. A todas luces, resulta problemático encontrar un pensador individual que reúna todos los aspectos y elementos constitutivos de dicha estructura; sin embargo se pueden mencionar a algunos personajes que dieron los principales rasgos de la doctrina populista clásica rusa. Veamos: El primero de ellos, Herzen, puede considerarse el "padre" del populismo ruso. Herzen se opuso al desarrollo burgués de Rusia, y albergaba la esperanza de una transición directa al socialismosin pasar por el capitalismo. Una característica importante del pensamiento de Herzen, que marcó al populismo fue su actitudhacia el pueblo ruso, su fe en él, y su deseo de tomar una parte activa en sus destinos. Este amor, no lo consideraba un sentimiento "fisiológico de identidadracial, basado exclusivamente en la casualidad del lugar de nacimiento", sino que estaba ligado a la fe y a la razón. (Herzen, 1956: 562-63).

Para transformar las condiciones sociales de los campesinos e impedir la instauración del capitalismo, Herzen concebía la necesidad de una revolucióneconómica, pues una mera revolución política no podía resolver contradicciones tales como el derecho absoluto a la propiedad y el derecho innegable a la vida, como la ociosidad legal y el trabajo sin fin ni esperanza. Pero para conseguir estos propósitos, Herzen bogaba por procedimientos"humanos" en contra de los violentos expresados por amigos y contradictores. Los primeros eran más largos y más complicados, pero en lugar de provocar destrucciones, muchas de ellas innecesarias y perjudiciales, utilizarían aquellos elementos útiles del orden existente y su huella perduraría: "Si se hace saltar todo el mundo burgués con pólvora, se verá renacer, una vez disipado el humo y retirados los escombros, algún otro mundo burgués, porque ese mundo no ha muerto interiormente y porque ni el mundo constructor ni la nueva generación están suficientemente preparados para poder completarse realizándose.

Ninguna de las bases del orden existente, de esas bases que deben desmoronarse y ser transformadas, están aún lo bastante minadas o vacilantes para excluirlas de la vida arrancándola de ella violentamente (...) Que cada hombrehonrado se pregunte si él mismo está dispuesto (...) ¿conoce, aparte de la destrucción, el proceso por el que debe realizarse la transformación de las formas viejas en esta nueva organización?".(Herzen, 1956: 592).Otra de las bases del populismo ruso fue Chernichevski, contemporáneo de Herzen. Sus principales aportes fueron:

· Defensa enérgica a la comuna campesina, en la que los economistas liberales veían el mayor obstáculo para la capitalización de Rusia al estilo inglés.
· Una crítica a las ideas del liberalismoeconómico y político, desde el punto de vista de las masas trabajadoras. Adoptó, en cierta medida, la posición de un romántico económico.
· Una combinación de democratismo burgués antifeudal con una reacción conservadora pequeñoburguesa contra el progreso burgués.

Por otra parte, y según Andrzej Valicki (1970) el populismo ruso bebió de las fuentes del marxismo. Las ideas contenidas en "El Capital" actuaron como catalizadoras en la tradición y desarrollo del pensamiento populista, y fueron los populistas quienes iniciaron la propagación del marxismo en Rusia. Si bien las conclusiones generales del populismo eran incompatibles con el marxismo, se apoyaba en razonamientos teóricos domados de Marx.Mijailovski, quien no sólo leyó, sino que se comunicó con Marx, concluía, contrario al barbudo alemán, que la división del trabajo, que culminaba en el capitalismo moderno, constituía un retroceso en el progreso económico.

Proclamó que sólo el bienestar del pueblo, es decir, el bienestar de los trabajadores individuales debería ser considerado como medida de progreso. Marx le había enseñado el alto precio que debía pagarse por el desarrollo capitalista; Mijailovski se negaba a pagarlo, afirmando sus esperanzas en la posibilidad de una restauración de las formas arcaicas de la vida social y de su adaptación a las nuevas condiciones.Mijailovski además, atacó duramente el evolucionismo social de los marxistas, pues decía que esta generalización era incompatible con las esperanzas de los socialistas en los países atrasados. Como alternativa, ofrecía su llamada "sociología objetiva" que negaba la posibilidad de un enfoque objetivo de las ciencias sociales, sosteniendo que la voluntad y el pensamiento humano podría oponerse de manera efectiva a las leyesimpersonales del desarrollo.

A diferencia de los marxistas, Mijailovski y los populistas en general, consideraban al atraso, no como un mal, sino, hipotéticamente, como un cierto privilegio, pues al poseer la imagen de los procesos dados por otros países más avanzados, podría vislumbrarsen los pasos que debían darse y avanzar en la historia de manera consciente, a sabiendas de los obstáculos que se habrían de evitar en el camino, en lugar de avanzar a tientas.Ya en la década del 1880, las teorías populistas más ambiciosas respecto del desarrollo industrial no capitalista fueron elaboradas por V. Vorontsov y N. Danielson. Vorontsov fue el primer pensador populista en afirmar que el desarrollo no capitalista de Rusia, no solo era posible, sino incluso necesario.

La industrialización exitosa de Rusia sólo podría lograrse por medio de un planteamiento socialista a cargo de organismos del gobierno. Una industrialización socialista sería menos penosa y más humana que su variante capitalista, evitando a los campesinos y artesanos rusos las crueldades de la "acumulación primitiva".Danielson utilizó el argumento de Vorontsov contra el optimismo categórico de los liberales rusos, quienes veían en el progreso capitalista la panacea para las enfermedades sociales del país; además, intentó evitar que los pequeños productores cargaran con los costos de la industrialización, en la creencia de que en Rusia podría lograrse la socializacióndel trabajo sin pasar por la etapa capitalista.

Además, su preocupación no fue solamente impedir la proletarización de los campesinos rusos, sino también la de la nación, es decir, impedir que fuera explotada por los países más avanzados.No obstante, existió una característica en este populismo, ya elaborado, que sin duda impidió aterrizar las ideas: su esperanza de que el gobierno zarista llevara a cabo una industrialización por vías no capitalistas en provecho del pueblo. Ilusión que proviene, sin embargo, de una correcta evaluacióndel vínculo existente entre el atraso económico y el papel de iniciador y planificador del desarrollo económico que compete al estado.

El populismo ruso puede dividirse en tres etapas históricas:

a. Etapa Radical (1850 –1870). En ella se gestan ideas y propuestas, pero todavía no se realizan acciones concretas. En este proceso están Herzen y Chernichevski .
b.
c. Etapa Anarquista (1870-1880). En este período se produce el llamado "ir al pueblo". Los intelectuales organizan movimientos y grupos con sectores campesinos, con el fin de "educarlos" teóricamente y prepararlos para la lucha. En este proceso se destaca Bakunnin, quien tradujo por primera vez El Capital al ruso.
d. Etapa Liberal (1880-1900). Se destacan Mijailovski y Trajanov. Por estos años, la capitalización de Rusia ya era una realidad. El populismo ruso, entonces, opta por adecuarse a esta realidad. De esta forma, los vanguardistas y el pueblo ruso ya no reconocen al populismo como una ideologíaliberadora, comenzando entonces a mirar, cada vez con mayor simpatía, hacia al marxismo-lenninismo, ideología contradictora del populismo.

En Síntesis, las características del populismo ruso son las siguientes:
a. Además de ser una reacción al desarrollo capitalista dentro de Rusia, el populismo también lo fue del país respecto a Occidente.
b. El populismo ruso, fue una corriente de pensamiento con muchas matices, que produjeron movimientos y organizaciones políticas de todo tipo; desde pacifistas hasta violentas.
c. El populismo ruso no fue una expresión ideológica nacida inmediatamente del seno de los pequeños productores. Nunca fue una ideología nativa del campesinado ruso, sino que representó una expresión a favor del campesinado de la intelectualidad rusa.
d. El populismo ruso también fue una respuesta al socialismo occidental, en espacial al marxismo: la reacción de la intelectualidad democrática de un país atrasado en una fase primitiva de desarrollo capitalista. La respuesta populista al marxismo fue original y creadora

Estados Unidos

Las principales características del populismo en este país se mencionan a continuación:
a. En este país, el populismo permaneció mientras existió la clase social sobre la que descansaba. Después de un auge impresionante en la década de 1890, sobrevino, en el siguiente decenio, una debilidad total.
b.
c. El populismo en los Estados Unidos fue un movimiento radical, pero no puede considerarse como un movimiento socialista, aunque hubo ideas socialistas utópicas en su seno. Fue un movimiento profundo de conciencia de clase, aunque no de la clase obrera, sino del productor agrícola independiente, esa clase que otrora constituyera la mayoría del pueblo norteamericano.
d. Si en Rusia el populismo puede considerarse como una corriente de pensamiento, en Estados Unidos, el populismo nació como un movimiento agrario y poco a poco fue elaborando sus planteamientos teóricos.
El precursor del populismo se encuentra en el movimiento Greenback de 1875-78. La situación monetaria que favorecía a los banqueros y grandes capitalistas, el sistema crediticio que endeudaba completamente a los campesinos, la explotación a la que eran sometidos por los intermediarios de almacenes de granos y al sistema de transporte ferroviario y la vigencia de sistemas de arrendamientoagrario y aparcería (sharecroppers) provocó la organización campesina. Las alianzas entre agricultores se desarrollaron, primero en el Sur, y luego en el Medio Oeste. Su brazo político fue formalmente conocido como el Partido del Pueblo, pero su nombre de batalla fue el de los populistas.
e. El movimiento de la Alianza fue popular, masivo, una rebelión, ebullición de ideas y una combinación de fuerzas de millones de gentes del pueblo. Sacó sus propios líderes de las masas empobrecidas, los desfiles fueron una herramienta organizativa muy utilizada, junto con estrategiascomo las cenas populares y los días de campo. El discurso y la oratoria fue la principal herramienta de comunicación de ideas.
f. A diferencia del populismo ruso, el movimiento populista en los E.U. se impregnó de la cultura popular: por ejemplo, las canciones tradicionales adquirieron líricas radicales, se escribieron cuentos de difusión masiva, como "El Mago de Oz", etc.
g. El programa del movimiento fue sencillo, claro y expresivo de una clase social, además de ser constante. En síntesis, favorecía la nacionalización de los ferrocarriles, la abolición de la bancanacional, mayor emisión de papel moneda, el libre acuñamiento de la plata y prácticas más democráticas como el voto secreto y la elección directa de senadores.
h. En los estados del Sur, el populismo logró convertirse en un baluarte de la ruptura con el racismo.
i. El populismo en los EUA no representa ni representó a los políticos de los partidos tradicionales; fue una ruptura tajante con ellos. Sin embargo, existieron tendencias que propugnaban alianzas electorales con los dos partidos tradicionales y que finalmente llevarían a la debacle del Partido Populista. "Una gran conspiración en contra de la humanidad se ha organizado en dos continentes y se está apoderando del mundo. Si no se le enfrenta y se le despoja de inmediato, llevará a terribles convulsiones sociales y a la destrucción de la civilización o al establecimiento de un despotismo absoluto" (Wolforth, 1983: 32).
j. En síntesis, representó la primera gran rebelión contra el capital monopolista y el sistema imperialista que domina hoy día todos los aspectos de la vida en los Estados Unidos, tal como lo afirmara, en tono apocalíptico, el Preámbulo del Partido del Pueblo:
k. El colapso del populismo norteamericano se debió, en primer lugar, a su debilidad teórica y programática. La agitación fue más radical que sus puntos programáticos. Los políticos capitalistas se dieron cuenta de esta debilidad desde el principio, por ello, para evitar que el trueno populista se desatara en tormenta, estos políticos utilizaron algunos puntos de la plataforma populista para ganar votos para sí y sustraer adeptos al Movimiento. De esta forma, después de los comicios de 1896, donde los partidos tradicionales se apropiaron astutamente de algunos puntos programáticos de los populistas, el declive fue inminente. En segundo lugar, el populismo norteamericano descansó exclusivamente en una clase social, los pequeños agricultores, condenada a la desaparición; su programa fue muy reducido como para captar la atención del proletariado industrial, clase social que emergía.
l. El Populismo, en los Estados Unidos, aunque nunca obtuvo un serio apoyo de las masas del proletariado industrial, dadas las características muy centradas en la clase agricultora, y que le impidió la posibilidad de convertirse en una fuerzapolítica nacional, debido a los esfuerzos infructuosos por ganarse al proletariado, se convirtió en la llama que encendió la formación del Partido Socialista, que surgiría en la década de 1900. Es inconcebible que dicho partido se hubiera desarrollado sin en el esfuerzo pionero de los agricultores. ¿Por que? En primer lugar, popularizó la idea de una acción política independiente de los partidos tradicionales; en segundo lugar, el carácter popular de su movimiento y el estilo de su propaganda preparó el camino a los socialistas. Gran parte de los líderes populistas pasaron a las toldas del nuevo partido socialista, creado justo en el momento en que la fuerza económica de los Estados Unidos pasaba del sector agrícola, al industrial.

2. El populismo en América latina durante la primera mitad del siglo XX.

La irrupción del populismo en diferentes regiones y lugares, en épocas similares o diacrónicas muestran la característica, en cierto modo, adaptativa y ecléctica, de responder a determinadas condiciones comunes de atraso y desigualdad social y económica que traspasan las barreras del tiempoy el espacio. Por ello, el populismo tenía bastantes motivos para resurgir –con variantes, obviamente- en los países del llamado "Tercer Mundo". Y América Latina dio el primer paso.

No vamos a describir aquí las características particulares de los populismos en cada uno de los países latinoamericanos. Para ello, remitimos al cuadro comparativo que presentamos en el inciso 3. Trataremos de sintetizar las principales características del populismo histórico latinoamericano, siguiendo a G. Germani, T. Di Tella y O. Ianni (1984 y 1973), principales analistas y teóricos del populismo histórico latinoamericano desde la ópticade lucha de clases, que a nuestro juicio, es bastante fundada, pese a algunas interpretaciones controversiales producto de su óptica marxista (como por ej. Creer que el populismo es una etapa "previa" y "superada" de la lucha revolucionaria)

Origen

a. Según estos autores, el populismo de la primera mitad del siglo XX en nuestros países es una "etapa", determinada por "la conformación definitiva de la sociedadde clases", dentro de un contexto de industrialización y acelerada urbanización. Este período superó la época del "Estado Oligárquico", Oligárquico dominada por relaciones estamentales o de casta creadas por el colonialismo mercantilista ligado al régimen esclavista.
b.
c. El origen del populismo está ligado a la crisisdel Estado Oligárquico. El populismo sucede a una serie de movimientos antioligárquicos de clase media (irigoyismo, tenientismo, por ej.), que estaban revestidos de un espíritu liberal y que buscaban el establecimiento de un estado de tipo Liberal (económica y políticamente hablando), difundiendo una serie de ideas sobre el progreso económico, la reforma institucional, la democratización, la libertad, etcétera. Sin embargo es la nueva estructura de clases, creada por la creciente urbanización, la inmigración campo-ciudad, el desarrollo industrial, el crecimiento del sector de servicios, la que pone en jaque al sistema oligárguico. En esta crisis juegan un papel importante además, tres acontecimientos externos (I Guerra Mundial, DepresiónEconómica de los 30, y II Guerra Mundial) que funcionaron como rupturas estructurales en las naciones de economía dependiente, como eran las nuestras.
d. Las mencionadas crisis mundiales provocaron convulsiones políticas internas en los países dependientes del capitalismo, como lo eran los latinoamericanos, o propiciaron eclosión de fuerzas políticas, sociales y económicas que se encontraban controladas durante la vigencia de los gobiernos oligárquicos. De esta forma, el populismo histórico latinoamericano correspondió a una fase de las transformaciones del Estado capitalista, en que la burguesía agroexportadora y la burguesía minera y comercial pierden el monopolio del poder político en provecho de las clases sociales urbanas (burguesía industrial, clase media, proletariado industrial, militares, intelectuales).

Configuración del populismo

a. El populismo en América Latina fue una alianza entre clases sociales antagónicas, en proceso de formación (burguesía, por un lado, y proletariado, campesinos y clases medias, por el otro), guiadas por el propósito de confrontar y derribar el Estado Oligárquico, heredero del colonialismo, que desde el siglo XIX predominaba en todos los países del subcontinente. A nivel externo se luchó contra un enemigo llamado imperialismo norteamericano.
b. El período del ascenso y auge del populismo es llamada por Octavio Lanni, "época de la política de masas", en la cual la burguesía industrial asume el liderazgoostentoso de las luchas reivindicativas y reformistas de la clase obrera y otros grupos populares. En estos años fueron creadas nuevas organizaciones técnicasy estilos de liderazgo político, surgiendo una ideología peculiar, llamada el "principio de paz social" o "armonía entre las clases", el cual adquirió primacía sobre las ideas y prácticas políticas inspiradas en los antagonismos de clase. La unión táctica de grupos de intelectuales, clases populares, y sectores de la burguesía y de las fuerzas armadas se consolidó con el fin de acelerar las rupturas estructurales que habían debilitado a la oligarquía y al imperialismo. Obviamente, se jugaban intereses diversos, pero todos coincidían en que el desarrollismo nacionalista era una estrategia posible, primordial y urgente.
c. Dentro de esta "pacto" es necesario diferenciar dos tipos de populismo: Uno, el de las altas esferas (gobernantes, políticos, burgueses, profesionales, políticos, demagogos), que utilizan tácticamente a las masas trabajadoras y a los sectores más pobres de la clase media. Dos, el populismo de las masas (trabajadores, migrantes rurales, baja clase media, estudiantes radicales, intelectuales de izquierda). En situaciones normales, perecía existir una armonía total entre estos dos populismos. Sin embargo, en los momentos críticos, cuando las contradicciones políticas y económicas se agudizaban, el populismo de las masas tendía a asumir formas revolucionarias. En estas situaciones ocurre la metamorfosis de los movimientos de masas en lucha de clases. Por su parte, el populismo de las altas esferas abandonó a su suerte a las masas, sin antes impedir que den el paso decisivo en las luchas políticas.
d. La burguesía industrial emergente, entonces, acabó por mantener su preponderancia sobre las otras fuerzas políticas combinadas en el pacto populista, asumiendo el liderazgo directo de las luchas reivindicativas y reformistas de las clases obreras y de amplios sectores de la clase media. A fin y cuentas, esa burguesía, aliada con militares, intelectuales, clase media, era la clase victoriosa en la lucha contra la oligarquía. La burgeuesía controló a las demás clases sociales integradas en el Pacto Cualquier intento de giro hacia la izquierda era rápidamente evitado con cierta dosis de autoritarismo o violencia reaccionaria. Cuando la politización de las masas amenazó con descontrolar el movimiento, el golpe de Estado resolvía el problema.
e. Y es que en la nueva configuración del sistema de clases propiciada por los procesos de urbanización e industrialización, entre otros, no existían las condiciones sociales necesarias para el fortalecimiento de posiciones radicales (como eran las socialistas). Muchas de las propuestas expresadas por estos grupos, estaban tomadas directamente de Europa sin ninguna reelaboración contextual, y por lo tanto, no tenían mayor apoyo popular. Además, según el autor, las condiciones en las cuales se encontraba la clase obrera en las crecientes ciudades, la conciencia de movilidad social superaba a la conciencia de clase. Los trabajadores recién llegados a las ciudades estaban en un proceso de resocialización. Si bien una parte de ellos fue sindicalizada y politizada, la mayoría permanece fuera de los cuadros políticos institucionales. En general, esa mayoría no tenía mayor conciencia política; su participación se limitaba a las elecciones, a los movimientos de masas, facilitando los liderazgos carismáticos y su manipulación por demagogos.
f. Para la gran mayoría de los adeptos al populismo, lo que estaba en juego era el ascenso económico y social. En un plano secundario se colocaba la democratización de las organizaciones y las relaciones sociales. En la mayoría de los casos el objetivo era lograr una estrategia política de desarrollo económico nacional que exigía un cambio en el manejo de las estructurasde poder, el manejo de las relaciones entre el Estado y la sociedad.
g. El populismo latinoamericano aparece como un fenómeno urbano; su base social y económica está en las ciudades más desarrolladas y en las que los sectores secundario y terciario tienen mayor dinamismo.
h. En algunos países con fuerte presencia indígena y con tradición comunitaria en las bases (Perú, México) el populismo sufrió una variante respecto al modelo urbano y capitalista al revestirse de en elemento tradicionalista y anticapitalista, idealizando la aldea comunal indígena y sus valores.

El populismo en el poder

a. Por lo que respecta a sus fines económicos más generales, los movimientos y gobiernos populistas fueron abiertamente favorables a la industrialización y a la hegemonía de la industria sobre la agricultura y la minería. A la industrialización se la tomaba como equivalente del desarrollo económico en general, e indicador de bienestar social para el proletariado, mientras que los sectores agropecuario y minero eran considerados causas fundamentales de atraso económico y social. ¿Por que?. Los populismos consideraban que la exportación de materias primas y dependencia económica eran sinónimos para un país que no poseía industria. En este sentido aparecía ligado el nacionalismo, respondiendo a un propósito económico. En la medida en que desarrollaba una reorientación del subsistema económico nacional y cierta ruptura con el imperialismo, el populismo tenía algún compromiso con la idea de un capitalismo nacional y de una burguesía nacional. Para ello era indispensable un Estado fuerte que controlara las relaciones económicas capitalistas, que garantizara la nacionalización de la economía.
b. El populismo, en los países donde llegó al poder, adquirió formas autoritarias y algunas de ellas, dictatoriales.
El peronismo, cardelismo, getulismo, velasquismo, marinismo, etc. Tenían en común un marcado acento autoritario- paternalista. Estaba en juego una estrategia política de desarrollismo nacional, junto a un remodelamiento de estructuras de poder. Por lo tanto, las masas debían permanecer bajo el control estratégico de la burguesía, el cual sería el encargado de idear y conducir el proceso. El gobierno populista aceptó apenas la coraza política que las masas le podían propiciar (votos, comicios, huelgas, etc.), pero bajo ningún concepto aceptó la defensa armada por parte de trabajadores y estudiantes. Cualquier defensa armada sostenida en las masas colocaba al poder burgués automáticamente, en el camino de su liquidación.
c. El populismo en el poder hizo una combinación sui generis de sistemas de movilización y control de las masas asalariadas urbanas con el aparato estatal. En una democraciarepresentativa, tiende a haber una separación clara entre el Estado, el partido del gobierno y las bases populares. En el populismo ocurre una combinación singular entre el Estado, el partido gubernamental y el sistema sindical. Por esta combinación, algunos ven semejanzas con el Estado Socialista y el Estado Fascista. Sin embargo existen diferencias fundamentales: en el estado Fascista, la combinación se realiza de acuerdo con las exigencias de la dictadurade la burguesía y del capitalismo monoplista; en el Estado Socialista, esta vinculación se realiza según las exigencias de la dictadura del proletariado y de la socialización de los medios de producción. En el Populismo, el sistema de poder Estado - Partido - Sindicato se apoya en la alianza de clases, bajo la égida directa o mediatizada de la burguesía. El Estado populista es propuesto e impuesto a la sociedad como si fuera el mejor y único intérprete del "pueblo" (proletariado, campesinos, estudiantes, clase media), sin la mediación de los partidos. El pueblo ve al Estado a su guardián, intérprete, portavoz y realizador.
d. Una característica importante es la relación establecida con los asuntos económicos internos y externos. Dado el contexto de crisis del capitalismo internacional y de caída de la economía primaria exportadora en el que los populismos nacieron, los gobiernos populistas actuaron con medidas financieras correctivas y alternativas, destacándose el impulso a la industrialización sustitutiva de importaciones, y el intervencionismo económico. Bajo el gobierno populista el aparato estatal adquirió nuevas dimensiones como fuerza productiva, como agente económico. El Estado populista afectó sin duda la organización política de las formas de producción en una época en que crecieron las fuerzas productivas y el mercado interno.
e. El populismo, latinoamericano puede considerarse como arrevolucionario, en tiempos normales. Es escencialmente reformista, apoyando la doctrina de la "paz social" entre las clases sociales. En tiempos de crisis, sin embargo, el populismo revela su contenido antirrevolucionario. En épocas de crisis, las organizaciones, técnicas, liderazgos e ideologías populistas se revelan incapaces de transformarse en el sentido de la revolución. En la mayor parte de los casos, los cuadros burgueses y de la clase media se alían con los otros grupos de las clases dominantes, abandonando a su suerte a las masas. Las contradicciones estructurales internas y externas se agudizaron, llevando al colapso al populismo como modelo político de desarrollo y emancipación. De esta forma, La paradoja del populismo latinoamericano está en que estaba fundado en un pacto de clases sociales. Por lo tanto, cuando se rompió esta alianza, la ruptura se debió principalmente a las contradicciones desarrolladas entre las clases que componen el propio populismo. Generalmente hubo un resentimiento entre los miembros de la alianza y una mayor precisión en los perfiles de cada clase social.

3. El populismo en el tercer mundo: Asia y África

El populismo, gracias a su moldeabilidad, vuelve a recrearse en Asia y Africa. Aunque el desarrollo del Populismo en estos países no constituye un énfasis dentro de este ensayo, veamos de manera somera, las principales características de estas experiencias.
En primer lugar, el populismo en estos países sirvió a los propósitos de liberación, descolonización y/o creación de Estado Nación.

Por otra parte, el populismo en Africa y Asia se desarrolló en el contexto de la Guerra Fría. Esto fue utilizado en beneficio de los movimientos por parte de los sagaces líderes populistas, quienes jugaron con los dos sistemas político-económicos que se disputaban el dominiodel mundo. Por ejemplo, hacer creer a la URSS que se iba hacia el socialismo, para obligarla a invertir y colaborar en la construcción material de los países, etc.En Africa y Asia el populismo tiene como uno de sus principales características el rescate de los valorestradicionales de sus habitantes, especialmente los elementos religiosos, que se convierten en motor de muchos de estos movimientos. La aldea, fue idealizada como célula de la organización social. La economía agraria, el comercio y la artesanía fueron rescatados y puestos al servicio de un propósito anticapitalista y anti-industrial, que constituye en otra de las principales características de estos populismos. En esto hay un contraste con la mayoría de los países latinoamericanos.

Una de las claves del éxito del populismo en estos países es que asume algo que, doctrinas alternativas como el marxismo nunca pudieron realizar: recoger la diversidad étnica y cultural de sus habitantes. El marxismo estaba creado para un tipo de sociedad industrial particular: la centro-europea. Marx creía que la sociedad estaba destinada a la proletarización masiva. En el tercer mundo la sociedad tiene múltiples componentes sociales, en los que el proletariado constituye apenas un grupo. El populismo en el tercer mundo sabe adoptar esta diversidad y unificarla en torno a un propósito nacionalista.

4. Aspectos rescatables del populismo histórico para la creación de una vía política alternativa

Los populismos, pese a las diferencias de contexto y lugar, han respondido a un origen similar; en el cual siempre ha tenido que ver el capitalismo y sus consecuencias sociales y políticas, especialmente en los campesinos o pequeños trabajadores urbanos, clase obrera y/o clase media. Debido a la evolucióndel capitalismo (crecimiento o crisis) en algún momento este sistema económico tiende a afectar la vida de estos sectores de la población y a poner en peligro y como reacción, la estabilidad del sistema políticoestablecido, pues las reacciones de los inconformes no se hacen esperar. El populismo es una manera de concentrar esfuerzos frente a estas preocupaciones sociales y económicas.

Es una lecturaoriginal y creadora de la situación y se adapta a los casos concretos de cada país. Por ello no se puede hablar de dos populismos iguales, y los teóricos han tenido muchas dificultades en identificar los populismos y definir sus rasgos. Esta lectura populista de las condiciones sociales y económicas del pueblo, en la mayoría de los casos era realizada por sectores intelectualesy/o políticos, creando un planteamiento teórico o en los casos más pragmáticos, un plan o programa político de trabajo.

Estos planteamientos eran considerados una respuesta a las necesidades populares, y posteriormente (o simultáneamente)eran llevados a las masas, que hasta bien avanzado nuestro siglo, poco conocían de escritura y lectura. Sólo en un país, con una tradición letrada suficientemente expandida a amplios sectores de la población (Estados Unidos), el populismo nació y se estructuró en el mismo seno de un sector del pueblo: los pequeños propietarios campesinos. Y su debilidad, precisamente, consistió en que sólo respondía a las necesidades de esta clase social, dificultando el encuentro e identificación con otras clases sociales.

En los casos estudiados en Europa y América Latina, vemos, pues, al populismo como una alternativa reformista ante una situación socioeconómica concreta. Otras corrientes políticas, más elaboradas teóricamente (como el marxismo, la socialdemocracia) o la represión, diluyeron las distintas propuestas y movimientos populistas, y coptaron a las masas. Algunos estudiosos del tema consideran que el populismo fue una fase "previa" del movimiento revolucionario, y que estaba condenado a desaparecer gracias a que la base social en la cual se basaba no tenía muy claro sus propósitos, y en términos marxistas, no tenía conciencia de clase.

La característica policlasista detectada en el populismo latinoamericano impedía todavía más la permanencia de este movimiento. Otras propuestas teóricas, más estructuradas y "científicas", como el marxismo, al considerarse mejores, deberían responder de mejor manera y con mayor sistematización a la realidad ya detectada por el populismo.No obstante, al pasar los años vemos cómo una, a una, las distintas teorías y propuestas elaboradas con tanto cuidado para confrontar al capitalismo y destruirlo, o al menos, hacerlo más "humano", han caído víctimas de su propia debilidad interna y del arrollador paso de este sistema económico. Y haciendo caso al refrán, "si no puedes con tu enemigo, únetele", muchos están optando por no resistir y dejar todo al azar, al "sálvese el que pueda".

Pero muchos no pensamos así. La pregunta entonces, es: ¿cómo afrontar el capitalismo, cada vez más salvaje, que se nos ofrece ahora bajo el nombre de "neoliberalismo" y amenaza con individualizar el mundo y aumenta la brecha entre ricos y pobres?.

Creemos que las diversas facetas del populismo histórico nos ha dejado muchas lecciones valiosas que debemos recordar. Tal vez la primera de ellas es la originalidad, el mirar hacia nosotros mismos, hacia nuestra propia historia, tradiciones y valores y rescatar de ella aquellos elementos que puedan servir para crear alternativas de desarrollo económico y social. Existen, por ejemplo, tradiciones comunitarias en nuestros pueblos que merecen ser retomadas.

Es necesario, entonces, profundizar los estudios sobre la cultura popular, no para disecarla, sino para rescatar y engranar aquello sobre lo cual podemos profundizar en la creación de nuevas estrategias de desarrollo. Y los populismos de Perú, Estados Unidos y Rusia, nos enseñan sobre ello.Otro elemento que hace parte de nuestra historia, es sin duda el factor religioso.

El populismo africano supo sacar partida de ello. Las teorías y movimientos alternativos al capitalismo, basados la mayoría en el marxismo, vieron a la religióncomo un elemento obstaculizador. Este fue, sin duda, un error histórico fatal. Lo religioso moviliza, alicienta y congrega. En la historia latinoamericana tenemos numerosos ejemplos de ello, lo cual debe ser utilizarlo positivamente para bien de un nuevo proceso de transformación social y económica alternativo al neoliberalismo salvaje. Estamos en un proceso "globalizador" cultural y económico del mundo. Proceso que no es otra cosa que buscar una homogenización, cuestión a todas luces imposible y dañina.

Los seres humanos somos iguales en cuanto a "humanos", pero tenemos diversidad de culturas y maneras de pensar. Las solucionesa los problemas no son las mismas en todas partes. Pero las soluciones no se hacen de manera individual. La invitación y la necesidad es, entonces, a mirar de nuevo las comunidades, las regiones, la casa, lo que tenemos dentro, y a partir de ello, sabiendo quienes somos, qué necesitamos, qué queremos, buscar la transformación del sistema vigente, y pensar de esta manera implica crear procesos de largo plazo, de varias generaciones, lo cual implica tener buenas bases.

El populismo histórico creyó en el Estado como principal regulador económico y social. Trató de fortalecerlo a toda costa, llegando algunas veces a la exageración y produciendo efectos negativos como la excesiva burocratización. De todas formas, la idea de un Estado fuerte debe ser rescatada. Crear un Estado fuerte, pero descentralizado, es indispensable, pese a la creencia errónea que estos dos conceptos son contradictorios.

Actualmente se busca disminuir el tamaño del Estado en pro del capital privado y de la iniciativa privada, y paralelamente se emplean procesos de descentralización, que no han sido efectivos, al menos en nuestros países. Un Estado nominal no sirve para nada, un Estado débil no puede regular, y tal vez uno de los grandes poblemas que ha tenido este país ha sido la debilidad del Estado.

Y paradójicamente, las pocas responsabilidades que había adquirido, por mandato de "afuera" las están eliminando. Por ej, ¿Si no es el Estado, quién garantiza la seguridadsocial, el bienestar general?. ¿El capital privado?. Sólo lo hará si le es rentable. Y no siempre el bienestar es rentable, económicamente hablando. Otra enseñanza del populismo histórico es su concepción amplia de pueblo, no reducida a los sectores proletarios, como pretendió hacerlo el marxismo, creyendo que sólo ellos tendrían la capacidad y la Conciencia para construir una mejor sociedad.

Los procesos de mayor cobertura de las comunicaciones, y la variedad de las mismas hace cada vez más difícil pensar que sólo un porcentaje urbano y asalaridado de las masas populares tienen conciencia de su situación y las herramientas suficientes para afrontarla y transformarla.

Los campesinos (los grandes olvidados de la teoría social) y nuevas clases socialespopulares urbanas no proletarias (trabajadores independientes, rebuscadores, pequeños comerciantes, etc.), los niños, los jóvenes, las mujeres, tienen cada vez mayor conciencia del mundo en que viven y también tienen propuestas de cambio. Es indispensable congregarlas, no en una gran masa, sino en agrupaciones intercomunicadas (como las células del cuerpo humano).

El populismo, entonces, no es, ni mucho menos una experiencia del pasado, una teoría pasada de moda, ni la caricatura que algunos políticos y medios de comunicación presentan, entresacando de este movimiento sólo sus aspectos más negativos y espectaculares: el tono populachero de los discursos, los gritos, los remedos de liderazgo carismático, el autoritarismo, etc. El populismo fue una lectura de una realida concreta, y mientras esta persista o aparezca de nuevo, habrá oportunidad para re-crearlo.

5. Bibliografía
CIRIA, Alberto. Perón y el Justicialismo. Mexico: Siglo XXI, 1971.
FERREIRA, Jorge. Trabalhadores do Brasil o imaginario popular. 1930-1945. Rio de Janeiro, Fundacao Getulio Vargas, 1997
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IANNI, Octavio. La Formación del Estado Populista en América Latina. Mexico: Ediciones ERA, 1984.
IANNI, Octavio. Populismo y relaciones de Clase. En Populismo y relaciones de Clase en Latinoamérica. Mexico: Serie Popular ERA, 1973.
IONESCU Ghita y GELLNER, Ernest (Comp). Populismo. Sus significados y características nacionales. Buenos Aires: Amorrortu editores.
LUNA, Félix. Perón y su tiempo. (s.d.). (s.f.)
MUÑIZ, Pedro y SHOWING, Carlos. Lo que es el Aprismo. Bogotá: Publicaciones del P.A.P., 1933.
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WOHLFORTH, Tim. El movimiento populista de los Estados Unidos de América. En Críticas de 0le economía política. Edición latinoamericana No. 20-21: Los populismos. México: Ediciones El Caballito, julio-diciembre 1981. P.p. 3-48. mailto:balzora@hotmail.com


AS SETE VIDAS DO POPULISMO


por Emerson Urizzi Cervi *

Reunindo sete artigos sobre o populismo1 para mapear a trajetória social e acadêmica do conceito sobre um fenômeno que parece estar sempre preparado para ressurgir, o livro “O populismo e sua história – debate e crítica”, organizado pelo historiador Jorge Ferreira, questiona o uso tradicional do termo como categoria explicativa da política brasileira. No conjunto os textos conseguem dar conta das múltiplas facetas do populismo clássico no Brasil e na América Latina, deixando a desejar nas discussões sobre o neopopulismo – apesar de o fenômeno ser citado em alguns artigos do livro.

De fato, o populismo é um objeto de estudo científico sem uma formulação totalmente acabada. Em parte pelas paixões a favor ou contra e em parte pela diversidade das ocorrências históricas do populismo, o que resulta em uma diversidade de abordagens.

Classicamente, existem três grandes formas de abordagens analíticas do populismo. Ele pode ser estudado como um fenômeno de origem social, como uma forma de governo ou como uma ideologia específica (WORSLEY, 1973). Em qualquer de suas formas, o populismo necessita de alguns elementos básicos para se concretizar: independente das particularidades das ocorrências, ele surge quando há uma massificação de amplas camadas da sociedade que desvincula os indivíduos de seus quadros sociais de origem e os reúne na massa, relacionados entre si por uma sociabilidade periférica e mecânica; quando há uma perda da representatividade e da exemplaridade da classe dirigente; quando há a presença de um líder dotado de carisma de massas (WEFFORT, 1989).

A obra agrupa diversas formas de abordagem sobre o populismo brasileiro do período compreendido entre 1946 e 1964. No Brasil, apesar de o fenômeno populista ser tardio quando comparado a outros países da América Latina, o tema tem suscitado intensos debates desde os anos 50. Se, por um lado, distintas formas de abordagem do fenômeno podem gerar distorções nas análises, por outro, o debate (até mesmo quanto à utilização dos termos "populismo" ou "trabalhismo" para melhor identificar o período da história política brasileira que vai de 1946 a 1964) mostra como é rico de interpretações e abordagens as diversas ocorrências populistas brasileiras, principalmente nessa quadra histórica.

I. POPULISMO E HISTÓRIA
O sentido de "populismo" que passou para a história tem uma carga semântica altamente negativa. Os políticos populistas são estigmatizados como enganadores do povo, por suas promessas jamais cumpridas e como aqueles capazes de articular retórica fácil com falta de caráter (GOMES, 2001). O sentido negativo não diz respeito apenas à figura do político populista, mas ao fenômeno como um todo, pois só é possível a eleição de um populista por eleitores que não sabem votar ou que sempre se comportam de maneira dependente, como se estivessem à espera do "príncipe encantado".

Mas nem sempre foi esse o significado de populismo. No início do século XX, lembra Jorge Ferreira, ser considerado populista no Brasil era um elogio. Em pesquisas em arquivos de jornais, o autor encontrou algumas menções a "populismo" e "populista" em sentido positivo, utilizadas em discursos dos próprios políticos. Populista, no caso, era aquele que estava próximo do povo, ouvia suas aflições e conseguia compreendê-lo. Sentido comum em sociedades nas quais as elites políticas encontram-se distante das massas: onde não há canais de interlocução convencionais, o povo busca alternativas para ver atendidas suas demandas.

Quando os populistas passaram a ocupar espaço na política, vencendo as eleições contra liberais e conservadores, o conceito começou a receber uma conotação pejorativa. É verdade que politicamente o populismo encontrou uma certa funcionalidade em vários países latino-americanos ao servir de alternativa ao risco de uma onda comunista. Nas primeiras décadas do século XX, o populismo representava a promessa de um Estado forte e personalista, aliado a uma legislação social e a uma liderança carismática, que tinha o objetivo de combater o perigo do comunismo no continente (CAPELATO, 2001). Essa alternativa foi adotada como barreira ao comunismo em países como México e Argentina, entre outros, principalmente após a Revolução Russa de 1917.

Com o afastamento do risco comunista, a presença de lideranças carismáticas marginais às elites políticas tradicionais à frente de Estados fortes passou a interferir de maneira negativa nos interesses dessas elites. Foi a partir daí que o conceito de populismo passou a receber uma carga pejorativa na esfera política, ganhando status negativo no senso comum. O resultado foi uma satanização dos populistas e de seus adeptos, que terminou moldando a visão liberal, defendida por políticos que faziam parte do status quo combatido pelo discurso populista, a partir dos anos 40 no Brasil.

Para eles, o populismo é um fenômeno vazio de conteúdo. Consideram a população incapaz de distinguir entre propostas sérias e simples demagogia. Um parlamentar liberal, lamentando os resultados das eleições de 1945 para seu partido, a UDN, dá os seguintes conselhos sobre o tratamento dado pelos políticos aos eleitores: "evite por todos os meios obrigar o povo a refletir. A reflexão é um trabalho penoso a que o povo não está habituado. Dê-lhe sempre razão. Prometa-lhe tudo o que ele pede e abrace-o quanto puder" (apud WEFFORT, 1989, p. 24).

Essa definição liberal leva em conta apenas aspectos exteriores do fenômeno, como a demagogia e a emocionalidade. Jorge Ferreira ressalta o mesmo ao afirmar que "liberais e autoritários, de direita ou de esquerda, diagnosticaram que os males do país provêm de uma relação desigual, destituída de reciprocidade e interlocução: a uma sociedade civil incapaz de auto-organização, 'gelatinosa' em algumas leituras, e uma classe trabalhadora 'débil', impõe-se um Estado que, armado de eficientes mecanismos repressivos e persuasivos, seria capaz de manipular, cooptar e corromper" (FERREIRA, 2001, p. 62). Para esse autor, o resultado desse processo, que terminará por cristalizar o conceito dominante de populismo no Brasil, foi uma tendência em culpar o Estado e vitimar a sociedade. É assim que o conceito de populismo inicia sua trajetória acadêmica no Brasil, transformando-se a partir dos anos 50 em objeto de pesquisa das Ciências Sociais brasileiras. Segue sua trajetória até meados dos anos 60, quando o golpe militar interrompe a chamada "democracia populista". É nesse momento que correntes teóricas passam a acreditar no fim do populismo como alternativa política nacional.

Assim que as ditaduras militares em toda a América Latina começaram a ceder espaço para as democracias, as eleições diretas transformaram-se novamente em instrumento de manifestação do descontentamento das massas em relação às elites políticas tradicionais. As lideranças carismáticas, carregadas de emocionalidade, voltam à cena com suas promessas de solução fácil para todos os problemas. Essas lideranças, não necessariamente nascidas de transformações sociais profundas (a evolução de uma sociedade tradicional para uma moderna, por exemplo), passaram a ser chamadas de "neopopulistas". Apesar da importância da discussão histórica sobre o uso do conceito de populismo como categoria explicativa da política brasileira, falta ao livro de Jorge Ferreira uma aproximação das características do populismo com o neopopulismo, e uma análise mais aprofundada deste último. Por mais paradoxal que possa parecer, há um traço democratizante no que diz respeito às elites políticas neopopulistas. As elites políticas tradicionais perdem a capacidade de representação devido aos baixos índices de renovação interna, na maioria das vezes. Na América Latina, elas fecham-se em oligarquias nas cúpulas partidárias que, em última análise, definem aqueles que podem ou não ser candidatos. Não há uma cultura de ascensão realmente democrática de novas lideranças às estruturas partidárias. Essa liderança carismática, marginal ao sistema partidário, possibilita uma renovação – sempre parcial – da classe política quando tem sucesso eleitoral. Essa renovação de parte da elite política é o que garante ao neopopulismo um caráter democratizante. Na América Latina, o neopopulismo dos anos 80 e 90 passou a ser uma alternativa para a crise de representação política.

II. O POPULISMO E AS CIÊNCIAS SOCIAIS NO BRASIL
Os estudos sobre o populismo no Brasil podem ser divididos em duas grandes fases já institucionalizadas, além de uma terceira que trata do neopopulismo pós-ditaduras militares. Na primeira fase de estudos, entre os anos 50 e 60, o populismo era considerado uma espécie de desvio da evolução "natural" da sociedade brasileira em direção ao socialismo e ao enraizamento do sindicalismo operário. Esse desvio populista teria acontecido durante o processo de transformação da sociedade tradicional em moderna, ou de economia eminentemente rural em urbana, a partir dos anos trinta. Trata-se da fase de explicações estruturais para o populismo, na qual se considera que a passagem de sociedade tradicional para sociedade moderna ocorreu paralelamente a um rápido processo de urbanização e de industrialização, mobilizando as massas populares. Uma vez mobilizadas, elas exigem participação política e social, atropelando, com suas pressões, os canais institucionais clássicos. A solução dos problemas gerados pelas transformações estruturais da sociedade deram-se por golpes militares ou revoluções nacional-populares, sendo as últimas nomeadas de populismo (idem, 2001).

Autores como Gino Germani, Torcuato di Tella e Octávio Ianni2, vinculados à "teoria da modernização", consideravam o brasileiro saído da sociedade rural muito individualista. Ao ser transferido para centros urbanos, ele teria mantido o individualismo, abrindo espaço para as relações personalistas e clientelistas do populismo. Citando Ianni, Ferreira lembra uma das características recorrentes dessa primeira fase de estudos: "por um lado há o surgimento de populações recém-chegadas do mundo rural que não dispõem de condições psicossociais ou horizonte cultural para um adequado comportamento urbano e democrático, por outro, a sociedade carece de instituições políticas sólidas, a exemplo de um sistema partidário" (ibidem). Em suma, o enfoque sobre o comportamento dos trabalhadores urbanos como sendo determinado pela origem rural em um contexto de transição de uma economia tradicional e de participação política restrita para uma economia de mercado com participação política ampliada, faria que as populações urbanas fossem marcadas por individualismo, passividade e dependência do Estado. O resultado foi o surgimento do populismo.

Com o tempo apareceram as inconsistências da teoria da modernização e a abordagem estrutural passou a ser cada vez mais criticada. Apesar disso, durante décadas perdurou a idéia de que os indivíduos recém-chegados ao meio urbano teriam contaminado os antigos trabalhadores urbanos, em sua maioria imigrantes, com idéias tradicionais e individualistas, gerando o ambiente propício para o surgimento de movimentos populistas. Essa primeira corrente teórica perdurou até o fim dos anos 60 e início dos anos 70.

Na segunda geração de estudos, entre os anos 70 e 80, outros elementos foram introduzidos pelos pesquisadores na tentativa de entender o fenômeno populista. As características dos indivíduos cederam espaço para fatores como a opressão e manipulação por parte do Estado, transformando-os em variáveis explicativas importantes para o sucesso de lideranças populistas. Em O populismo na política brasileira, de Francisco Weffort, o argumento central é a imposição do populismo pela conjugação da repressão estatal, manipulação política e satisfação de algumas demandas dos assalariados. Dessa forma, as matrizes teóricas das análises de segunda geração sobre o populismo distanciam-se das da primeira geração, apesar de os objetos de estudo continuarem ligados a períodos de transformação estrutural da sociedade tradicional em moderna. Para Weffort, pode-se dizer que o populismo é o produto de um longo processo de transformação da sociedade brasileira, instaurado a partir da Revolução de 1930 e que se manifesta de uma dupla forma: como estilo de governo e como política de massas. É sob essas condições que surge o "Estado de compromisso", em que categoria "manipulação" não é proposta de maneira unidirecional, mas possuindo uma ambigüidade, por ser tanto uma forma de controle do Estado sobre as massas quanto uma forma de atendimento de suas demandas. "É interessante observar que Weffort chega mesmo a sugerir a substituição de manipulação por aliança como categoria mais precisa para o que deseja situar" (GOMES, 2001, p. 34). Nessa segunda fase dos estudos percebe-se um enfraquecimento da categoria "dominação" por parte da liderança e a saliência da autonomia das massas, ainda que muitas vezes apenas potencial3.

A partir do final dos anos 80 e início dos anos 90, inicialmente em outros países latino-americanos que não o Brasil, abre-se espaço para uma nova matriz de análise sobre as recentes ocorrências populistas. Em função das diferenças que existem entre esse novo fenômeno e as experiências anteriores, ele passa a ser chamado de neopopulismo. Nesse tipo de abordagem predomina a tese de persuasão das massas por uma liderança carismática. A idéia original de opressão não se aplica mais por se tratar de ocorrências em democracias e a manipulação, por não ser absoluta, dá lugar à persuasão. O neopopulismo é beneficiado por uma "personalização da política", própria das sociedades que alimentam uma "autonomização" da personalidade individual (ibidem).

III. POPULISMO OU TRABALHISMO
Entre os vários debates acadêmicos sobre o conceito de populismo, um diz respeito à pertinência do uso do termo. Talvez o mais apropriado seria chamar a democracia brasileira de 1946 a 1964 de "trabalhista" ao invés de "populista". Essa discussão nominalista parece não ter fim. Os artigos selecionados para o livro O populismo e sua história permitem identificar que populismo e trabalhismo são duas faces — portanto distintas — de uma mesma moeda.

Os textos que tratam do tema a partir da noção de populismo dizem respeito principalmente à forma de relacionamento de uma liderança carismática com as massas, ou da substituição de elites políticas em crise por novos dirigentes com capacidade de relacionamento direto com as camadas populares. Já os artigos que abordam as questões do trabalhismo brasileiro dizem respeito diretamente à análise de uma formatação específica do Estado brasileiro e de suas estruturas de relacionamento com a sociedade civil, entre elas os sindicatos. O tema do trabalhismo está ligado diretamente à análise de um tipo específico de Estado, o chamado "Estado de compromisso". O maior símbolo da democracia trabalhista brasileira é o próprio PTB, fundado em 1945, que estabelecia como metas a obtenção e ampliação dos direitos trabalhistas, garantia de emprego, adoção de política de qualificação do trabalhador, extinção
do latifúndio improdutivo e incentivo ao cooperativismo econômico, entre outros (NEVES, 2001). Assim como a "democracia populista", o Estado trabalhista foi contraditório. Ele reuniu dirigismo, paternalismo e possível autonomia para os trabalhadores brasileiros.

Sem dúvida, o Estado trabalhista absorveu em grande parte as demais organizações trabalhistas, principalmente os sindicatos. Os combativos sindicatos urbanos das duas primeiras décadas do século XX cederam espaço a uma estrutura sindical corporativista que passou a atuar no controle e desmobilização do movimento operário, responsável pelo fenômeno do peleguismo e pela burocratização dos sindicados, que foram convertidos em elemento de conciliação de conflitos (PESSANHA & MOREL, 2001). Por outro lado, o corporativismo, apesar da dimensão de exclusão e controle, trouxe também o reconhecimento público e um espaço de participação dos trabalhadores urbanos organizados, que passaram a existir de fato.

Independentemente dos nomes, além do resgate histórico do debate e das diferentes fases de pesquisa sobre o populismo no Brasil, o livro organizado por Jorge Ferreira oferece outra importante contribuição (em nossa opinião a mais importante) ao debate: ele demonstra que o populismo não foi vencido pelo desenvolvimento da sociedade. Continua presente na política brasileira, que ainda preserva resquícios da dependência de lideranças fortes e da ausência de instituições formais que possam representar os interesses sociais de maneira impessoal e não clientelista. O livro mostra como as teses sobre a possível superação do populismo pela sociedade brasileira, surgidas principalmente no final dos anos 60, não se sustentam. O populismo como fenômeno político continua latente nas sociedades modernas.

Consideramos a atualização do termo populismo em neopopulismo e a necessidade de retomada dos debates sobre o tema de fundamental importância porque a política na sociedade moderna oferece condições ideais para o sucesso de neopopulistas. O que são a mediatização das esferas públicas e a personalização das campanhas políticas para ficar em apenas dois exemplos, senão elementos favoráveis ao surgimento do neopopulismo? Ocorrências históricas em vários países latino-americanos nos anos 80 e 90 têm desmentido a tese do processo de evolução contínua da organização política. Apesar da consolidação do Estado nacional, a cultura política personalista e a incapacidade das elites em atender demandas sociais, somadas às condições citadas anteriormente, têm recriado as condições sociais necessárias para os fenômenos neopopulistas, em uma espécie de movimento pendular da história.

A crise que propicia o sucesso das propostas e lideranças neopopulistas deixou de ser gerada por transformações sociais profundas; trata-se de uma crise da capacidade de representação das elites (que chegaram ao poder através do voto popular) em função do não-cumprimento de muitas das promessas da democracia. Em especial, a promessa do atendimento às demandas populares emergenciais. O neopopulismo tem se legitimado pela descrença que atinge as massas; ele beneficia-se da "fadiga cívica" frente ao Estado, aos partidos políticos e às lideranças tradicionais; acaba beneficiando as lideranças marginais que defendem soluções inovadoras definindo-se como contrárias ao sistema vigente (JIMENEZ, 1997). É uma forma que as massas encontram para demonstrar insatisfação com a moderna democracia — portanto, não se trata de massas passivas e manipuláveis, mas agentes da história. Por conta disso, tão importante quanto rediscutir os aspectos do debate clássico sobre o populismo no Brasil é permitir que se coloque o tema — atualizado — como objeto de novos estudos.

* Emerson Urizzi Cervi, Professor de Ciência Política na Faculdade Internacional de Curitiba e Universidade Tuiuti do Paraná
ecervi@netbank.com.br

Referências bibliográficas
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JIMENEZ, A. R. 1997. Las formas modernas de la política – estudio sobre la democratización de América Latina. Mérida, Venezuela : Centro de Investigaciones de Política Comparada.
NEVES, L. A. 2001. Trabalhismo, nacionalismo e desenvolvimentismo : um projeto para o Brasil (1945 a 1964). In : FERREIRA, J. (org.). 2001. O populismo e sua história – debate e crítica. Rio de Janeiro : Civilização Brasileira.
PESSANHA, E. G. F. & MOREL, R. L. M. 2001. Classe trabalhadora e populismo : reflexões a partir de duas trajetórias sindicais no Rio de Janeiro. In : FERREIRA, J. (org.). 2001. O populismo e sua história – debate e crítica. Rio de Janeiro : Civilização Brasileira.
REIS FILHO, D. A. 2001. O colapso do colapso do populismo ou a propósito de uma herança maldita. In : FERREIRA, J. (org.). 2001. O populismo e sua história – debate e crítica. Rio de Janeiro : Civilização Brasileira.
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WORSLEY, P. 1973. O conceito de populismo. In: TABAK, F. (org.). Ideologias – populismo. Rio de Janeiro: Eldorado.

Notas

1 Os textos O populismo e as ciências sociais no Brasil: notas sobre a trajetória de um conceito, de Ângela de Castro Gomes, Trabalhadores urbanos e populismo: um balanço dos estudos recentes, de Fernando Teixeira da Silva e Hélio da Costa, e O nome e a coisa: o populismo na política brasileira, de Jorge Ferreira tematizam o modo pelo qual o conceito de populismo se formou na sociedade e sua história na academia brasileira. Também se aborda o populismo como um fenômeno social complexo e multifacetado em Populismo latino-americano em discussão, de Maria Helena Rolim Capelato e O colapso do colapso do populismo ou a propósito de uma herança maldita, de Daniel Aarão Reis Filho. Discute-se ainda o Estado populista brasileiro e sua relação com a sociedade civil em Trabalhismo, nacionalismo e desenvolvimentismo: um projeto para o Brasil (1945 a 1964), de Lucília de Almeida Neves, e Classe trabalhadora e populismo: reflexões a partir de duas trajetórias sindicais no Rio de Janeiro, de Elina G. da Fonte Pessanha e Regina Lucia M. Morel. O livro
organizado por Jorge Ferreira reúne artigos escritos em momentos distintos, alguns especificamente para a obra, como o do próprio Ferreira e outros escritos antes, como o de Ângela Castro Gomes, que fôra apresentado em congresso internacional em 1996 e publicado posteriormente na Tempo, revista do Departamento de História da Universidade Federal Fluminense, em 1996.
2 Em 1953, intelectuais como Hélio Jaguaribe, Alberto Guerreiro Ramos, Cândido Mendes de Almeida, Hermes Lima, Ignácio Rangel, João Paulo de Almeida Magalhães, que participaram da fundação do Instituto Brasileiro de Economia, Sociologia e Política (IBESP) e que começaram a colaborar na revista Cadernos do nosso tempo, fizeram circular vários artigos baseado nessa mesma abordagem inicial do populismo (GOMES, 2001).
3 Em um dos artigos do livro, Fernando Teixeira da Silva e Hélio da Costa afirmam que "Weffort foi um dos teóricos que apresentou a classe operária como sujeito capaz de ação própria, auto-organização e de fazer escolhas com certo grau de independência política. [...] Ele afirmou que o movimento operário não pode ser visto apenas como dependente da história da sociedade, mas como sujeito de sua própria história" (SILVA & COSTA, 2001, p. 221).
www.scielo.br/

El populismo, la industrialización y la representación de los sectores trabajadores en Brasil e Argentina

por Leandro Carrera *

Resumen: Trata sobre el Populismo, la Industrialización y la Representación de los sectores trabajadores en Brasil. (Nacimiento y consolidación del PT). Semejanzas y Diferencias con el caso Argentino.

Indice
1. Introducción
2. Primera etapa
3. Segunda etapa
4. Tercera etapa
5. Bibliografía
6. Bibliografía Complementaria
7. Documentos

1. Introducción
En 1930 dos hechos políticos marcaron un antes y un después en la historia de Brasil y Argentina, ambos evidencian un mismo síntoma, la crisis del modelo económico oligárquico (agroexportador en el caso argentino y el modelo cafetalero-exportador en Brasil). La crisis del ’29 repercute con crudeza en las economías brasileña y argentina, totalmente dependiente de los mercados externos para sobrevivir, es sin duda más terrible su consecuencia en Brasil, donde el producto que ocupa la mayor parte de las exportaciones es el café, artículo de consumo más bien suntuario, que es de más fácil prescindencia que los alimentos básicos que exporta la Argentina, esta crisis tiene sus consecuencia política inmediata, que son, el golpe de 1930 en Argentina, por un lado y la Revolución Varguista de 1930, ambos suponen un quiebre institucional importante, que vienen a señalar la incapacidad del las elites oligárquicas de encontrar una salida institucional dentro de su propio discurso, es el comienzo de una serie de experimentos institucionales, que darán paso a la aparición del populismo.
Por otro lado comienzan a esbozarse una serie de medidas que en ninguno de los dos países forman aún una política coherente, que significa, por un lado una mayor participación del Estado en el manejo de la economía, un mayor peso del mercado interno y un nacionalismo económico que aún no deja de ser un recurso retórico más. Da comienzo así un proceso de industrialización substitutiva de importaciones que aún no va más allá de la complementación con la economía agroexportadora, pero que va sentando las bases de un proceso de industrialización duradero, que tomara diferentes caminos en Brasil y Argentina.
Este dirigismo estatal favoreció la consolidación de una sector económico urbano - industrial formado por grupos no directamente vinculados al sistema exportador – importador (dirigidos principalmente al consumo interno) que fue un valioso aliciente para la formación de una clase industrial.
La etapa del ISI se caracterizó por un doble movimiento convergente: la expansión de la participación estatal en la economía y el robustecimiento de una burguesía industrial, participantes ambas en la creación de áreas nuevas de inversión, concentradas alrededor de la industria básica y de las obras de infraestructura en donde fue acentuada la participación estatal. Esto implica un mayor interés de estos sectores en la intervención positiva del Estado, si la vieja oligarquía ve al Estado como un legitimante de su dominación y sobre todo como un aparato represivo, esta pujante burguesía industrial estará más interesada en políticas más nacionalistas de protección del mercado interno que es al cual se dirige, se asiente pues, uno de los vértices del pacto populista.
Este desarrollo industrial acrecentó la formación de una clase obrera industrial, y fomento la inmigración campo-ciudad, conformando sociedadesurbanas de masas, basadas en economías insuficientemente industrializadas.
El rápido crecimiento de la urbanización y de la industrialización cambió la distribución existente de poder político y sentó las bases para la aparición de las grandes coaliciones populistas de estos dos países.
En este trabajo queremos señalar, las transformaciones que se fueron operando en los discursos, accionesy alianzas en Brasil y Argentina, alrededor de los sectores trabajadores, sectores que se pasan a ocupar un lugar principal (muchas veces sólo retóricamente) en la configuración de políticas estatales, debido principalmente, por un lado, al proceso mismo de industrialización y a dos movimientos políticos emparentados con aquel, el Varguismo y el Peronismo que representan su incorporación en el discurso político como beneficiarios últimos de sus políticas y los incorporan como vértice fundamental del sostenimiento de la alianza que los mantiene en el poder, la mutación que ambos sufrieron. Por otro lado el caso del PT como la aparición de una opción que sobre la base social que el populismo tuvo, supo articular un partido clasista de masas, como no existió nunca en Brasil (tampoco en la Argetina).
Ambos movimientos parten de un planteo inicial bastante similar, articulado a través de una activa política industrialista, una mayor participación de los sectores trabajadores, la implementación de políticas de bienestar social generalizadas y una retórica nacionalista en la economía.
Si por un lado la crisis económica del modelo agroexportador y cafetalero-exportador impulsa políticas más industrialistas, esta crisis va acompañada de la crisis del modelo de democracia adulterada oligárquico, que en 1930 es evidente en ambos países, como sostiene Weffor para Brasil: "El populismo expresa el período de crisis que atraviesan a la vez, la oligarquía y el liberalismo, siempre muy ligados en la historia del Brasil; y también expresa la democratización del Estado que debió apoyarse en algún tipo de autoritarismo, sea el autoritarismo institucional de la dictadura de Vargas (1937-1945), sea el autoritarismo paternalista o carismático de los líderes de masas de la democracia de posguerra (1945-1964)" (1), en Argentina el golpe de Uriburu, señala la imposibilidad de la oligarquía de realizar su propia retórica liberal democrática, se produce un impasse, donde le es imposible soportar las consecuencias de una democratización política ni reconstruir la legitimidad perdida previa a 1916.
La aparición del populismo simboliza esta imposibilidad, es el mediador que opera la incorporación popular, evitando la revolución social, en el caso de Brasil esta incorporación queda reducida a las clases medias, y a un pequeño sector obrero industrial incipiente, en la Argentina a partir de la experiencia peronista se extiende a sectores populares urbanos más amplios.
Este planteo inicial fue variando con el tiempo, intentando siempre (característica del populismo) adaptarse pragmáticamente a las políticas o posturas en boga, el justicialismo en Argentina, a lo largo del tiempo fue mutado en sus plataformas electorales y planteos políticos, incluso mientras estaba vivo su fundador y máximo referente de sus políticas, abarcaron un amplio espectro de posiciones que iban desde una nacionalismo filofascista hasta una acercamiento con el marxismo y los movimientos de liberación del tercer mundo, y que recientemente no ha tenido reparos en pasarse a un neoliberalismo militante, todo esto sin cambiar los caracteres básicos de su discurso que por tan abarcativos, pierden precisión y contenido. Incluso en esta última etapa (acorde con los tiempos) pudo dejar atrás una alianza que lo acompañaba desde su nacimiento, la que lo unía a los sindicatos.
En el caso de Brasil, el Varguismo fue incluso más pragmático a la hora de efectuar sus alianzas, pero nunca perdió el empuje industrialista que lo caracterizó, empuje que fue concretado más por sus herederos, pero que tiene en Vargas su primer articulador serio. Las alianzas del Varguismo, son más pragmáticas, creemos por el hecho de que Vargas mientras gobernó no estuvo sujeto a la fuerte alianza que si tuvo Perón, con el movimiento obrero. Las alianzas en Brasil son más a nivel regional que de clase, (los líderes son primero lideres de tal región antes que lideres de una corriente determinada).
El desarrollo del Brasil estuvo relacionado con dos corrientes que superestructuraron dos tipos de estructuras: Una centralizadora, heredada de la antigua metrópoli y otra basada en las autonomías regionales y locales. Esta se relacionaba con las dificultades de comunicacióny por las diversidades económicas-culturales. A partir de 1930 se procuró fortalecer cada vez más la unión en detrimento de las autonomías estatales. Tales tendencias llegaron al extremo de acomodarse a los regímenes autoritarios de transición en la sociedad industrial. Aún así el federalismo permaneció como compromiso constitucional y como mecanismo de negociación política.
En un "país de más de 8 millones de kilómetros cuadrados" con grandes diversidades regionales el desafío de Vargas era modernizar un "país continente, carente de capitales y recursos humanos, geopolíticamente aislado y de población rural, ganglionar y dispersa"(2).
En 1930 se sumó otro factor desestabilizador: la gama de actores sociales que se incorporó a la escena política: militares, trabajadores, iglesia, empresarios, intelectuales. Esto acabó por cristalizar en torno al estado las reivindicaciones específicas de cada grupo.
Este modelo de representación se institucionalizó a partir de una despolitización general de inspiración corporativa que transfirió al Estado el poder arbitral de los conflictos.
Esta situación es interesante compararla con la experiencia Argentina. Aquí Perón utiliza un exacerbado discurso "politizante" que involucra a muchos actores sociales en el marco de una lucha entre el "pueblo y el antipueblo". El "Estado Peronista"(3) tenía su base legitimadora en los trabajadores urbanos. Estos jugaban un papel central en el esquema del estado corporativo del peronismo. Si bien, como sostiene Romero(4), "la violencia del discurso no se correspondía con una conflictividad social real" al utilizar al movimiento obrero organizado en esta lucha "politizaba" al resto de la sociedad.
En términos de pretensiones Perón en su proyecto totalizador pretendió "peronizar" a la sociedad civil como lo hizo con los trabajadores y sus organizaciones. Vargas se conformó con negociar habilmente con las "elites regionales"(5) que servían estas como contenedoras del conflicto social dispersado. El celebre "polígono getuliano"(6), que se consagra en el marco del Estado Novo, consiguió la unidad ideológica y política a través del pacto corporativo.
ste, como señala Aspasia Camargo, está "constituido por vértices compuestos, en el eje simbólico, por los intelectuales y la Iglesia; y en el eje social de la producción, por los empresarios y los trabajadores. En los puntos extremos el eje territorial los militares y en la parte más alta, representando la unidad y la seguridad nacional las elites regionales de base, mediando las decisiones entre los municipios y el poder central". Perón encontraba el medio más eficaz en las intervenciones provinciales, ya que estas eran más débiles y más accesibles en términos regionales.
La era política Vargas puede dividirse en tres etapas: "la primera la oficial, se inicia con la Revolución del 30 y se cierra con su suicidio en 1954. La segunda denota la influencia del líder más allá de su muerte y se cierra con la deposición de su fiel seguidor Goulart en 1964. La influencia del pacto corporativo se extendió hasta la Constitución de 1988 y las elecciones que gana Collor en 1989.
Se puede afirmar que hay entonces una era de Vargas con Vargas, una de Vargas sin Vargas y otra de Vargas contra Vargas en la medida en que la hostilidad del régimen de 1964 a su herencia populista no les impidió reproducir su estructura semejante al modelo que él había implantado"(7).
A diferencia de Perón el liderazgo de Vargas le dejaba las manos más libres para juegos estratégicos, su alianza con los comunistas, con el ejercito, con la burguesía industrial.
Hay que destacar que ninguno de los líderes llegaron a vivir la crisis global del Estado de Bienestar, a partir de la Crisis del Petróleo. Sus acciones políticas fueron llevadas a cabo en los albores de este y mientras el E.B. fue el paradigma económico en todo occidente, por lo cual se movieron, en cierto sentido, en la corriente en boga de su momento El valor positivo que se le daba a la intervención estatal para atenuar las variaciones bruscas en la demanda y como principal inversor en infraestructura, así como su política social activa para cubrir aquellas necesidades que no podían traducirse al lenguaje del mercado, no podemos saber como hubieran actuado una vez entrado en crisis este modelo, del cual surgió la base social y política de la alianza que los sostenían, creemos que su pragmatismo característico los hubiera empujado hacia una nueva alianza, como la que sostuvo a Menem a partir del ’89, algo de esto se puede ver en algunas medidas tomadas por Perón antes de su muerte que significaron una negativa a las reivindicaciones de los trabajadores.
Las políticas de industrialización siempre respondieron a una línea de orientación hacia el nacionalismo económico. Esta orientación fue posible, a pesar de que componían este proceso una alianza de clases tan distintas por su gravitación gubernamental.
Un rasgo a destacar es que en Brasil no existió un movimiento político que actuara como soporte del régimen. No hubo en los comienzos de la etapa de Vargas, un movimiento del Estado Novo, un partido varguista(8). El Estado Novo nunca tuvo una la consistencia ideológica básica.
El Estado Novo era un camino autoritario sin partidos. Por eso, quizás una genuina innovación a nivel de los partidos políticos hubiese sido la creación de organizaciones políticas nacionales (algo de lo que siempre estuvo privado Brasil). Ante esto lo que se implementó a diferencia de Argentina es "un estado no político"(9), el cual le garantizaba un terreno ideal para mostrar su gran talento de conciliador y manipulador
Ambos movimientos nacen como alternativas claras al modelo político económico de las oligarquías agroexportadoras y cafetaleras-exportadoras, basado en una democracia oligárquica con gran exclusión social y mínima participación de los sectores de los trabajadores. Vienen a representar el tercer momento alberdiano, el de la participación política democrática, momento que en Argentina tuvo su primer esbozo en la truncado experiencia radical del ‘16 al ’30, y que en Brasil no ha tenido un exponente semejante. Ambos movimientos nacen como alternativa política a este sistema, y, en Brasil más que en Argentina, como alternativa económica, con su empuje industrialista.
En el ámbito económico el papel del Estado cambia su carácter, si en la etapa precedente este actuaba como mediador de la política de financiamiento de inversiones extranjeras, ahora por intermedio de él se toman las medidas necesarias para la defensa arancelaria del mercado, se inicia el proceso de transferencia de rentas del sector exportador hacia el sector interno.
Creemos que en la naturaleza de esta mutación se deja ver un rasgo fundamental de este tipo de movimiento político; la ausencia de una articulación ideológica sólida, componente característico de los movimientos populistas, debido principalmente a sus pretensiones de inclusión de todos los sectores posibles de la sociedad y su carácter conciliatorio, su discurso intenta siempre englobar la mayor cantidad de posturas posibles, los movimientos populistas se presentan como encarnación de una nacionalidad, frente a la cual todo oposición es declarada apátrida, no puede haber oposición al gobierno, porque esta significa una oposición a la Nación toda.
Podemos señalar Tres etapas históricas de estos movimientos de masas y su relación con los trabajadores:

2. Primera etapa:
Es el punto de partida arriba descrito, donde encontramos semejanzas en los planteos, con diferencias dadas en la intensidad en la realización de los discursos enunciados, condicionados por realidades económicas diferenciadas. Esta primera etapa abarca el primer Gobierno de Vargas, la del Estado Novo, y su 2ª presidencia democrática donde hay un apoyo significativo de la izquierda y el 1er y 2º gobiernos de Perón. En estos períodos encontramos el intento de crear un modelo alternativo al modelo agroexportador en crisis, y al régimen al que este iba unido, de democracia adulterada y restrictiva.

Creemos que ninguno de los dos países logró consolidar este proyecto, sin embargo Brasil se encamino decididamente por este camino hasta llegar, en la siguiente etapa, la de los continuadores de Vargas, a implantar un modelo industrialista exitoso, donde sin embargo la inclusión política seguía siendo una asignatura pendiente. En Argentina encontramos que este enunciado no dejó de serlo y no hubo la suficiente fuerza ni voluntad para llevarlo a cabo, sin embargo se rompe para siempre con el régimen político restrictivo y adulterado. De aquí en adelante ningún gobierno que no pueda de alguna manera articular la participación política de los sectores populares podrá soportar más que un limitado tiempo en el poder.
Creemos que en Brasil el varguismo sentó las bases de un nuevo modelo económico, de un nuevo modelo de país, cosa que el peronismo no pudo concretar, es como si Argentina, una vez entrado en crisis el modelo agroexportador con la crisis del 29, no puede volver a reconstruir la legitimidad que este poseía ni articular un modelo alternativo en lo económico. Se esbozan alternativas (muchas veces, para estar actualizado en el discurso, más que movido por una decisión concreta de llevarlo a cabo) que no son llevadas cabalmente a la práctica.
Existen muchas semejanzas en el tipo de liderazgo de ambos gobernantes, las formas de jugar dialécticamente con los diferente sectores políticos sociales en conflicto, de los cuales siempre se pretende ser el mejor interlocutor. El líder se coloca en el sitio de arbitro de los conflictos y encarna al estado y a la nación. Detenta la atribución conferida por la "nación" para hacer y deshacer alianzas, enunciando un discurso integrador y los suficientemente ambiguo como para integrar al mayor número posible. Creemos que en este aspecto los espacios de maniobra de Vargas son más amplios que los de Perón, ya que este último debido a su apoyo en el sector obrero organizado estaba más condicionado por las reacciones de estos a sus políticas. No es el caso de Vargas debido a que la alianza que lo sostiene es más a nivel de elites regionales y económicas.
Esta etapa puede ser cerrada con la muerte de Vargas y el exilio al que es empujado Perón.

3. Segunda etapa:
Esta coincide con el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones, y la etapa de desarrollismo que se abre, donde se le da al capital transnacional un importante papel como generador de recursos y capitales.
La polémica estatismo o gran empresa comienza a superar las simples teorizaciones para transformarse en la encrucijada propia del desarrollo. Los sistemas de sustentación política del período anterior se deshacen rápidamente, y ahora surge en reemplazo de la aparente polarización "oligarquía – pueblo" del populismo, un nuevo enfrentamiento entre la clase popular nacionalista y el comportamiento de los grupos empresariales que tratan de reorganizar el Estado para expresar sus intereses políticos vinculados a los intereses económicos, el Estado como agente del desarrollo industrial.
Se emprende el camino de una política industrial más integral. Brasil a través del sucesor de Vargas, Kubitschek, mas allá de la situación inflacionaria que se vivía y que deterioraba en nivel de vida de los trabajadores(10), logró mantener el esquema "poligonal de Vargas". El período democrático de "JK" fue un ejemplo de habilidad política. Corrigió los "desvíos populistas, estatizantes de Vargas conduciendo el eje del sistema político más hacia el centro. Los partidos creados por Vargas, el PSD y el PTB, garantizaban la estabilidad en el Congreso, negocia con los militares, los capitales extranjeros y mantiene el vínculo con las elites regionales. El esquema de Vargas de construcción y consolidación política funcionaba más allá de Vargas.
En Argentina esto no ocurrirá, ya que el desarrollismo intentará articular una superación del peronismo que fracasa. Hay en esta etapa una radicalización en el discurso de Perón desde el exilio. Que deriva en el acercamiento con la izquierda y con los métodos revolucionarios, inspirados en la Revolución Cubana y en los movimientos de liberación nacional, la lucha económica es interpretada como un aspecto más por la lucha por la liberación nacional.
Por otro lado el movimiento de los trabajadores organizados en Argentina, a diferencia del caso brasileño que los sigue contemplando, es desplazado en el intento militar de querer "desperonizar" a la sociedad. Esto genera la permanente obstaculización del mismo generando una recurrente inestabilidad política.
Es importante resaltar la aparición de sindicatos clasistas por un lado y los deseos de sacudirse la tutela de Perón de los sindicatos que se reivindican como peronistas. Los primeros dan cuanta de una renovación fundamental de la acción sindical. Fuertemente ideológico, rechazando el amarillismo del sindicato vertical peronista, las experiencia del sindicalismo clascista (sobre todo en Córdoba) planteando la acción sindical, y la conducta de la clase obrera, no ya como integradora de un pacto social, de un consenso (más allá de la comunidad organizada y de la alianza de clases).

Se plantea el conflicto insuperable entre trabajadores y capitalistas, se señala el carácter de conflicto de clases que tienen las reivindicaciones obreras. Es de señalar que en Argentina estos procesos no prosperan por el doble trabajo represivo de los diferentes gobiernos militares y de los propios sindicatos verticalistas.
O’Donnell(11) sintetiza toda esta etapa y la sucesiva crisis que derivó en los golpes de estado de 1964(brasil) y 1966(argentina), de la siguiente manera:
"El período populista contribuyó a ampliar un importante electorado urbano que los dirigentes de algunos partidos políticos podían intentar captar, sobre todo mediante la promesa de políticas gubernamentales del tipo distribucionistas y expansivo que habían caracterizado los gobiernos populistas, a los que buena parte de ese electorado seguía siendo leal. Pero las siguientes crisis sociales y los numerosos episodios de protesta, sumados a la ineficiencia gubernamental crearon el escenario propicio para el arribo al gobierno de las fuerzas armadas(12)."
En Brasil, la radicalización de los gobiernos populistas deriva en el proceso militar iniciado en el ’64. Se implanta un modelo desarrollista industrializador autoritario, un verdadero BA, donde el lugar de los sindicatos esta marcado por el estado. Existe allí también una radicalización imperante. Por otro lado en toda Latinoamérica emergen con distinta intensidad las guerrillas urbanas. Si bien son desarticuladas rápidamente por el régimen militar, y no alcanzan nunca la envergadura que tienen en Argentina, si en cambio son el núcleo del cual nacerá una opción real de sindicalismo clasista combativo que dará origen a un partido de masas que Brasil nunca había tenido, como es el PT con un fuerte contenido clasista, matices marxistas, y una muy compleja y moderna articulación de intereses que lo transforman en una opción popular real (13).
En ambos países la represión se dedica a desarticular solidaridades peligrosas para el orden autoritario implantado, la represión hace mella en el movimiento obrero, que puede reagruparse en Brasil, cuando el empuje del milagro económico empieza a perder garra, después de la crisis del petróleo. En Argentina, el Córdobazo, la muerte de Aramburu, van acotando el poder de Ongania.

El experimento semi corporativo de Onganía fracasa, entre otras cosas, por la falta de claridad en sus objetivos, el regreso de Perón marca una especia de paréntesis, el intento de reformular la alianza que lo sostuvo en su primera etapa, esta demasiado condicionado por un accionar político que ya no se plantea en los mismos términos, la violencia en la cual se zambulle alegremente el propio movimiento peronista, desnudan mejor que nunca el poder y la debilidad de la posición de Perón como arbitro absoluto de la contienda, su rápida muerte nos deja sin mayores posibilidades de interpretar cual hubiera sido el destino de su gobierno, sin duda la inclinación a la derecha política del movimiento, y la reacción hacia los primeros síntomas de la crisis del petroleo, no dejan ver un acercamiento a políticas más regresivas y antipopulares.

La debacle del gobierno de Isabel, la fuerza alcanzada por el movimiento obrero verticalista, que alcanza cuotas de poder inmensas (sobre todo luego de la expulsión de López Rega) que no repercuten en mejoras sustanciales del nivel de vida de los trabajadores, el estado de Bienestar comienza a agonizar, la violencia y la crisis, dan la excusa perfecta al Golpe restaurador del ’76, donde un antipopulismo extremo se presenta como la única salida viable al aquellarre isabelino.
La Dictadura, no solo destruyó la base de solidaridades articuladoras de los movimientos de trabajadoras, si no también el sustento económico de las mismas, con políticas recesivas, de redistribución negativa de la riqueza y de desindustrialización.

4. Tercera etapa:
Marca el nacimiento del PT que reformula y modifica la esencia, no solo del sindicalismo sino también de la "sentencia" que marca la imposibilidad de construir un partido ideológico, orgánico y articulado a nivel nacional en Brasil.
En Argentina un sindicalismo que hasta último momento acompaño al último gobierno peronista, renace de la noche de la dictadura, intentando repetir las viejas alianzas sin poder desprenderse de una imagen negativa producto de haber sido el sostén del gobierno del 74-76 (Isabel Peron).
La alianza con el PJ y su lugar ocupado como columna vertebral del partido se mantiene hasta la toma del poder, donde el costo político de mantener una cúpula sindical pobremente renovada es muy grande. El peronismo rompe así su alianza histórica con los sindicatos que pasan a ser un integrante más del movimiento, no ya su condicionador principal.
Debemos antes de hablar del PT, reseñar el camino histórico de la izquierda que convergió en su creación. Es preciso resaltar cuales fueron los elementos, que a través de la historia de la misma, van configurando la posibilidad de construir un partido de izquierda.
Había una notoria tensión entre, por un lado, el comunismo internacional de Moscú, que guiaba de cerca a los partidos de izquierda latinoamericanos e insistía en una lealtad total, y por otro lado un comunismo de carácter autónomo o latinoamericano.
Muchos partidos socialistas cohabitaban con los comunistas. Los primeros compartían como método al marxismo para interpretar la realidad, pero su práctica política era parlamentaria y electoral.
El espacio político que ocupaban en Europa la socialdemocracia sería ocupado en América Latina por partidos populistas de signo nacionalista. Estos eran menos ortodóxos ideologicamente que la izquierda. Un ejemplo puede ser el brasilero Partido Trabalhista Brasilero (PTB) o el Partido Justicialista de Gral. Peron en Argentina. Estos partidos tenían la misma clientela política de las socialdemocracias europeas. Pero a diferencia de estos pretendia licuar la lucha de clases en conceptos supuestamente mas generales o superadores de este conflicto, como el pueblo.
El problema fundamental, que resalta Angell(14) en su libro Historia de América Latina, que se presentaba en la izquierda residía en lo que consideraba su base social natural (los obreros y campesinos). Estos eran seducidos por estos partidos populistas. La izquierda debido a esto permaneció marginada del terreno político en tiempos prolongados.
Es preciso distinguir dos fases de la izquierda. La revolución bolchevique por un lado y la revolución cubana por otro. Había un eje en el debate de la izquierda que resultaba exluyente. Este planteaba la discusión en como se llegaba al socialismo. Algunas corrientes centraban su diagnóstico en la via pacifica como medio, otros por el contrario decían que el camino era la revolución. Las circunstancias históricas tendrán mucho que ver con la lucha por la primacía de estas concepciones. La revolución Cubana o el triunfo de Allende en Chile o el stalinismo, la perestroika o la caida de la URSS en el exterior van a ser la base de las argumentaciones de una y otra corriente.
Los límites con los que se encontraba la izquierda en América Latina en general y en particular en Argentina y Brasil estaban relacionados con cuatro aspectos fundamentales. Uno era la represión permanente. Como ejemplo podemos citar al Partido Comunista Brasilero (PCB), este se funda en 1922 y es proscripto al poco tiempo hasta fines de la 2da.Guerra Mundial. Duró dos años la legalidad y lo proscribieron hasta 1985. El Partido de los Trabajadores (PT) asimilará muchos cuadros de este partido. La crítica que le hará el lider del PT, Lula da Silva, se centrará en su accionar y su poca autonomía con respecto al comunismo internacional como veremos más adelante.
Otro límite es el catolicismo que criticaba profundamente al marxismo y su carácter anticlerical. La poca cantidad de trabajadores organizados resultaba ser otro obstáculo, aunque en este aspecto hay diferencias entre los casos de países que tomamos y por eso mismo analizaremos con mas detalle los resultados en cada país con la implementación del denominado ISI y su contexto político. Por último un elemento típico de esta región los partidos populares o populistas de carácter radical y de impronta nacionalista. Eran movimientos populares y multiclasistas. Hablaban de pueblo, como ya dijimos, y no de clases y por sobre todas las cosas tenían vocación de poder. Esto significa que conocían muy bién las prácticas electorales y los mecanismos de captación de votos.
El Komintern nunca pensó en una revolución marxista leninista en América Latina que se desarrollara antes que en Europa. Su concepto de partido revolucionario leninista excluía al campesinado siendo este el sector mayoritario. Los partidos de izquierda tenían un rol secundario, testimonial, permanecían fuera del teatro político.
Todavía faltaba resolver un tema: Como organizar un partido revolucionario en la estructura social donde la clase trabajadora era débil, la pequeña burguesía era numerosa y el campesinado abrumador(15). La clase trabajadora urbana de Brasil, a diferencia de la Argentina, era pequeña y homogénea: unos dos millones de trabajadores en 1945 lo que equivalía al 15% de la población activa. Solo ¼ parte estaba sindicalizado. Más de la mitad del trabajo urbano se concentraba en dos ciudades, San Pablo y R. de Janeiro(16).
El PCB creo en 1945 una central única de trabajadores, la MUT (Movimiento Unificador de Trabajadores). No obstante el Estado controlaba a los Sindicatos.
A diferencia del PCArgentino,el PCB no se opuso al populismo de Vargas, intento beneficiarse con este. Hace muy buenas elecciones y gana diputados y un senador, Prestes. Saca el 9% en las elecciones del 45. En el 47 asume Dutra y lo declara ilegal al PCB. Ahora la amenaza resultaba ser más real.
La Guerra Fria tuvo sus victimas: los partidos Comunistas, principalmente el PCB. Los años 50 fueron de penurias recurrentes para la izquierda. La revolución Cubana le dió un impulso real a esta. El medio la guerra de guerrillas en detrimento del camino pacífico era la alternativa a seguir. Los partidos comunistas ortodoxos tardaron en responder al desafío de esta revolución y siguieron aferrandose a sus ideas tradicionales.
La revolución cubana (apoyada por los pro-chinos, aunque el objetivo de China era reducir la influencia sovietica en AL) coincidió con un período de tension en el comunismo internacional a causa del deterioro de las relaciones entre la Union Sovietica y China.
En Brasil los stalinistas, defensores de una politica dura, que militaban en el partido pusieron objeciones a las reformas de Prestes, que tenian como fin moderar la actitud del partido, y en 1962 abandonaron el PCB para formar el PC do B. Que sé mostro más intransigente su tendencia era pro-china.
Los grupos de guerrillas pusieron en marcha una espiral de violencia que culminó, como sostiene Angell(17) en su trabajo, con la aparición de gobiernos militares represivos.
El fracaso de la guerrilla urbana y rural y la inutilidad de los partidos comunistas ortodóxos revelaron la incapacidad de interpretar el mundo en que vivían.
Se producen a esta altura ciertos cambios contextuales: 1. -Crecimiento económico, urbanización rápida y cambios profundos en la estructura clasista en la región. 2. -La Iglesiacatólica redefine el mensaje social y la acercó a la izquierda (en Argentina no va ocurrir lo mismo como veremos más adelante). 3. -El golpe de 1964 en Brasil dio inicio a un a serie de golpes que se dieron en la región a los efectos de efectuar una reestructuración a fondo del órden económico y político en el marco de la ideología relativa a la seguridad nacional que definía a la izquierda como enemiga de los intereses nacionales(18).
Esto generó una revaloración implícita del pluralismo ideológico que emana del sistema democrático. Esta reflexion fue guiada más por las ideas de Gramsci que por las de Lenin. La izquierda dejo de ver la democracia como un pretexto burgues y las lecciones como un fraude. La guerrilla estaba desacreditada y ahora el pluralismo ideológico aparecía como deseable.
El golpe que recibio la Unidad Popular en Chile trascendió los límites de este país y sumio a la izquierda en una profunda crisis que tenía también su trasfondo internacional. Este se centraba en la disputa entre el eurocominismo y la URSS. El PT, que todavía no se había formado, va encontrar mayor apego, más tarde, en la postura eurocomunista.
Esto polarizó a la izquierda: la respuesta al golpe fue abogar por la necesidad de la violencia u otra opuesta. Esta planteaba la necesidad de moderar su politica y su actuación para que no se dieran las condiciones que propiciaban los golpes de estado.
Los revisionistas decían que la izquierda debía de imaginar el poder exclusivamente en términos de fuerza, debía dejar de concentrar la atención en las relaciones de propiedad con exclusión de otros factores.
Esta segunda alternativa hablaba de construcción política, de legitimidad de ampliar él márgen de influencia de la izquierda. Esto siginifica hacer concesiones con la derecha o abrir el dialogo con las clases medias.
Con la crisis de la deuda en los años ochenta el crecimiento se detuvo abruptamente y las desigualdades de la renta se profundizaron.
Ahora la izquierda actua en otro contexto ya que los gobiernos militares devolvieron el poder a los civiles (Argentina 1983, Brasil 1985).
En muchos países proliferaron los nuevos movimientos sociales, las organizaciones de base, los sindicalimos clasistas en donde el activismo criticaba a los partidos tradicionales de izquierda que seguian fieles a los supuestos leninistas sobre la subordinación del mov.sindical al partido de vanguardia. Esto resultó muy claro en el caso brasilero alcanzando importante consecuencias para el desarrollo del movimiento sindical. Esta situación no va a encontrar eco en el caso argentino ya que el movimiento sindical seguía dirigido por un partido populista como el Partido Justicialista.
El final de la dictadura fue acompañado de una renovación y una redefinación de los partidos socialistas. La estrategia de estos partidos de izquierda iba ahora menos encaminada a hacerse del poder del Estado, el objetivo buscado era construir su base en la sociedad civil.
El PT es paradigmatico, recalcaban sus raíces nacionales con preferencia a las internacionales. Trataban de incorporar prácticas democráticas en su organización interna, muy lejos del centralismo democrático del modelo sovietico.
El crecimiento de estos partidos nuevos y la aparición de movimientos sociales reflejaron la crisis de los partidos marxistas ortodoxos, sobre todo del P.C.
Una respuesta a la decadencia del comunismo ortodoxo y al modelo cubano fue el renovado interes por el socialismo de tipo parlamentario y electoral, lo cual contrastaba con la violencia asociada con la guerrilla en paises como Perú, Colombia y El Salvador.
La reacción a los años de dictadura militar y supresión de las libertades básicas entre algunos sectores de la izquierda fue una evaluación mucho más positiva de los beneficios de la democracia formal.
El PT se formo en parte debido a que sé percibía la insuficiencia del PC como medio de expresión de las reivindicaiones sindicales.
Con el PT nació el nuevo sindicalismo que se formó en las grandes industrias metalúrgicas del estado de San Pablo.
En 1978, Lula decía: "La izquierda brasileña ha cometido errores durante toda su historia precisamente porque ha sido incapaz de comprender lo que pasaba por la cabeza de los trabajadores y basarse en ello para elaborar una doctrina original... No niego que el PCB ha sido una fuerza influyente durante muchos años. Lo que sí niego es que sea justo decirles a los trabajadores que tienen que ser comunistas. El único proceder justo es dar a los trabajadores la oportunidad de ser lo que más le convenga. No desean imponer doctrinas. Quieren formular una doctrina justa que emane de la organización de los trabajadores y al mismo tiempo sea resultado de su propia organización" (19).
El PT es el mayor partido socialista de América Latina. Su apoyo electoral aumentó del 3% de 1982 al 7% en 1986. En las elecciones municipales de 1988 el PT ganó el control de 36 ciudades entre ellas San Pablo.
Aunque el PT tiene sus raíces en el movimiento sindical urbano también ha crecido en zonas rurales. En las presidenciales de 1989, Lula obtuvo el 16%, le gano a Brizola (PDT) el segundo puesto que saco el 15%. En la 2 vuelta saco con 37,86% y Collor el 42%. En la tercera elección después de la dictadura, si bien Cardozo, que lideraba una alianza de centro-derecha, ganó con el 53% de los votos convirtiéndose de esta manera en el primer presidente elegido en la primera vuelta, la alianza que lideraba Lula de centro izquierda realizó una muy buena elección ganando muchas gobernaciones importantes.

El PT procuro adoptar un modelo nuevo de organización interna que a diferencia de la del PCB respetase la autonomía del movimiento sindical. La misión del partido no era dirigir a los trabajadores sino expresar sus reivindicaciones en la esfera política. La organización del partido hacia hincapié en la democracia participativa.
La organización central del partido el llamado "núcleo de base"(20) que sé compondría de miembros afiliados de un vecindario, un grupo profesional, un lugar de trabajo o un movimiento social y se dedicara a una actividad política permanente más que una actividad electoral esporádica.
El partido estaba destinado a dirimir las diferencias que existen entre un movimiento social y un partido. Si en la práctica muchos núcleos funcionaron en gran parte como organizaciones electorales, el nivel de participación de los afiliados del PT (que se calculaban en más 600.000) seguía siendo extraordinariamente elevado de un partido brasileño. Esta estructura participativa era muy apropiada para la política de oposición que fue necesaria para imponerse al gobierno militar.
Muchos afiliados y lideres del partido procedían del radicalismo católico más que del marxismo. A los primeros le interesaba mantener la autonomía de las organizaciones sindicales y populares y no crear un partido político disciplinado. Internamente se daba un conflicto entre los miembros del partido y los que pertenecían a las organizaciones.
Los 3 partidos trotskistas brasileros se encuentran dentro del PT. El mayor de ellos Convergencia Socialista, consideraba al PT como una pantalla que había que radicalizar bajo la vanguardia revolucionaria, que combatiera en el PT la influencia de la Iglesia Católica y del grupo parlamentario. Esta variedad de porturas no contribuía a la disciplina del partido. Pero la derrota de los trotskistas en el Congreso de 1991 permitió una importante unificación.
El PT controlaba el 60% de los sindicatos del sector publico y solo un poco menos en el sector privado. En el Congreso el PT era el partido con mayor proporción de diputados vinculados con el movimiento obrero y los movimientos sociales.
Este proceso de renovación fue acompañado con normas internas novedosas, como el 30% de representación de las mujeres en los cargos del Comité Central del PT.
La limitación para Angell (21) era la siguiente: "El PT era un partido ideológico en un sistema de partidos que no era nada ideológico". Tuvo que hacer frente a desafíos vinculados a otros partidos de izquierda como el PDT de Brizola (viejo partido populista) y del PSDB.
Al igual que a todos lo partidos de izquierda al PT le costo proponer medidas para hacer frente a la crisis que no se parecieran a las que habían fracasado en el pasado ni a otras que fueran simples imitaciones de las recetas neoliberales.
Discrepamos con Angell cuando sostiene que si bien el apego del PT a una ideología radical ayudo a formar miembros comprometidos del partido ese mismo compromiso limitó su capacidad de competir en el mundo fluido y populista de la política de partidos de Brasil. Precisamente esa característica es la que hace al PT un partido atractivo y diferente. Si bien el polpulismo fue un elemento que obstaculizó el desarrollo de la izquierda, a partir del desvanecimiento del "pacto corporativo de vargas" (que según Camargo transcurre entre 1937 y 1988) emerge el camino democrático siendo este una gran oportunidad para la consolidación de un partido de izquierda que se va articulando en todo el territorio nacional.
Surge un socialismo que insistía en la participación y la democracia, que rechazaba la pasada ortodoxia de un solo modelo correcto y que se basaba firmemente es estructuras nacionales mas que en doctrinas internaciones.
En el decenio de 1980 tuvieron lugar cambios en el comunismo internacional, ya no había un solo modelo de socialismo.
Ciertos beneficios envolvieron a la izquierda latinoamericana producto de la caída del comunismo internacional: 1. -La izquierda ya no tendría que justificar las prácticas antidemocráticas del bloque comunista.2. -No tendría que defender a regímenes que ofendían las creencias democráticas liberales.3. -La izquierda ya no tendría que hacer frente al mismo grado de hostilidad de los EEUU.4. -Podría empezar a liberarse de la acusación de que la izquierda en el poder degeneraría en autoritarísmo.
A modo de conclusión podemos decir que se evidencia claramente los diferentes modelos que se estructuraron en ambos países, en Brasil la industrialización creo un país industrial, cuyo niveles productivos y su estructura económica se asemeja a la de los países desarrollados, amparados en una industria fuerte, verdadero motor del desarrollo brasileño, el movimiento obrero puede articular sus demandas con mayor contundencia, sin embargo aún la participación política está poco extendida.
En Argentina, donde la participación es amplia, el abandono de cualquier pretensión de industrialización, le resta a la clase trabajadora cualquier incidencia en la conducción de la economía. Lo que ningún gobierno pudo hacer, regresar al momento anterior a la aparición del peronismo, donde los sectores subalternos no tenían ninguna injerencia política, lo logro hacer un gobierno que proviene del peronismo.
De dos movimientos que nacieron con muchas semejanzas, pero que principalmente pasaron a la historia como los que abrieron las puertas a los trabajadores a la vida político social, en el fin de siglo, uno ha mutado hasta convertirse en un paladín del neoliberalismo y la explotación de los trabajadores, imagen que va a costar abandonar (aunque pensamos que en movimientos donde la ideología es un recurso más del discurso político y no un acto de fe, el transformar este se vuelve mucho más fácil), el otro desapareció en la noche de la historia, pero su lugar como movilizador y representante de los trabajadores fue ocupado por un partido que se ha constituido en una opción real a ese neoliberalismo cada vez más cuestionado.

5. Bibliografía
Weffort, Francisco: El populismo en la política brasileña.Camargo, Aspasia. El federalismo centralizadorRomero, Luis Alberto. Breve Historia Contemporanea de la Argentina. Skidmore, Thomas. Política en Brasil 1930-1964.Iglesias, Francisco. Breve Historia Contemporanea del Brasil.Odonnell, Guillermo. Modernización y Autoritarismo.Revista Teoría y Debate. Ejemplar N°20.Angell, Alan. La izquierda en América Latina.Gadotti y Periera. Pra que PT.

6. Bibliografía Complementaria.
Furtado, Celso. La economía latinoamericana. Genoino, José. El mensaje de las urnas.Guilhon Albuquerque, Victoria del gobierno o derrota opositora. Jaguaribe, Helio: Sociedad y política en la Actualidad Brasileña. Ed. GEL. Bs.As. 1985 Jaguaribe, Helio, comp.: La sociedad, el Estado y los partidos en la actualidad brasileña. Ed. F.C.E., México D.F. 1992.Love, Joseph. Federalismo y Regionalismo.Halperin Donghi, Tulio, Historia Contemporanea de America Latina. Ed.Alianza. Bs.As.1995.Madison, Angus. La economía política de la pobreza, la equidad y el crecimiento: Brasil y México. Ed. F.C.E. México D.F.1993Murmis, Miguel y Juan Carlos Portantiero: Estudios sobre los origenes del peronismo. Ed. Siglo XXI. Bs.As. 1987.Waldmann, Peter: El peronismo: 1943-1955. Ed. Hyspamerica, Bs.As., 1986.Weffort, Francisco: El populismo en la política brasileña.

7. Documentos.
Manifiesto Constitutivo del PT (21-10-80). Plataforma electoral del PT de 1998.Rev. Teoria y Debate, reportaje a Vladimir Palmeira.Documentos extraidos de la página oficial del PT en internet.Manifiesto Lanzamiento del II Congreso Nacional (nov.99).Exposición parlamentaria de Paulo Nogueira Batista jr. Evaluación del Plan Real.Revistas Veja. Edición 1592. Sección: POLITICA.

Trabajo enviado y realizado por:Leandro Carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires.leandroquerido@uol.com.ar
Resumen: Trata sobre el Populismo, la Industrialización y la Representación de los sectores trabajadores en Brasil. (Nacimiento y consolidación del PT). Semejanzas y Diferencias con el caso Argentino.